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Estilo de vida

Guía del 'froteur' urbano

Camilo de Ory

Todos lo hemos hecho: aprovechar las apreturas del transporte público para rozarnos con el prójimo. Normalmente uno abandona estas prácticas pasada la adolescencia, pero hay froteurs de toda edad y condición, sobre todo en las grandes ciudades, donde las aglomeraciones y el estilo de vida propician las relaciones fugaces. No obstante, existe una gran incomprensión social y el froteur adulto puede encontrarse con el rechazo de quienes lo rodean. Para aquel que desee entrar con pie seguro en el mundo del froteurismo, o para quien ya viva en él y quiera mejorar su desempeño, a continuación ofrecemos un breve decálogo con consejos que creemos que le pueden ser de utilidad.

 

1) Escoge bien el sitio. En una discoteca uno puede verse rápidamente en apuros con gente ebria o guardas de seguridad, así que nosotros recomendamos el transporte público, igual que el Ayuntamiento. Si algo se tuerce, no hay más que bajarse en la primera parada y subir al siguiente tren o coche. Es también importante la elección de la línea. Son especialmente agradecidas las que llevan a la Universidad en hora punta y las que comunican los barrios con las zonas de marcha, al caer la tarde.

 

2) Selecciona con cuidado tu objetivo. Vale, esto no es un matrimonio, pero una mala elección de pareja te puede traer tantos problemas como un divorcio no amistoso. Problemas personales y legales. Te aconsejamos que evites a gente con bolsas de deporte en las que ponga AIKIDO, mujeres acompañadas de marido hercúleo, skingirls, grupos de chicas con camisa de leñador y feministas militantes. La única manera fiable de reconocer a una de estas es a través del oído: invariablemente, una de cada tres frases que pronuncian es un alegato contra el patriarcado.

 

3) Atento a las señales. Tanto a la hora de elegir pareja de baile como a la de romper la relación. Fíjate en el lenguaje corporal: un salto de medio metro acompañado de un codazo suele implicar desagrado o reticencia. En estos casos, como en el amor en general, un “no” es un “no” y lo mejor es aceptarlo cuanto antes.

 

4) No uses las manos, aunque creas que la ocasión lo requiere. Tómate la cosa como una sesión de lap-dance.

 

 

5) Déjate llevar: aprovecha traqueteos, baches y frenazos. Te proporcionarán el pretexto para una primera toma de contacto y una excusa verosímil si el tema se pone feo.

 

6) Mantente en forma. Tarde o temprano habrá problemas y tendrás que correr perseguido por una muchedumbre.

 

7) Cuida la indumentaria. Un estilismo desaseado provocará que la gente se aparte de ti. Unos pantalones demasiado ajustados favorecerán el intercambio de sensaciones, pero también revelarán erecciones comprometedoras. Trata de adoptar un look casual y mimetizarte con el entorno. Aunque las gafas de sol y las barbas postizas te pueden ayudar a mantener el anonimato, también te harán parecer sospechoso.

 

8) Cambia con frecuencia de hábitos, horarios y ruta. No querrás convertirte en el sobón de la línea 4 o el perturbado del metro circular. Por múltiples razones, te conviene pasar desapercibido y que la gente no te recuerde ni sepa dónde encontrarte.

 

9) Si no los tienes, aprende a fingir tics que te hagan parecer desequilibrado. Habrá un día en el que, inevitablemente, te encontrarás rodeado de gente poco amistosa que te recrimina tus actos. Llegado el momento, esa indefinible mezcla de miedo y compasión que infunden en el hombre los enfermos frenopáticos puede librarte de una denuncia o unos mamporros. Ayudará también que seas capaz de mearte en los pantalones a voluntad.

 

10) Échale la culpa a ella. Seamos realistas: nadie va a tragarse que la chica que grita mientras te señala con el dedo es la que realmente se ha intentado frotar contra ti, pero sí puedes decir que te ha robado la cartera. Esto será más creíble si repites con firmeza que es rumana. Se trata de crear confusión hasta que el vehículo se detenga en la siguiente parada y se abran las puertas.

 

Cualquier decálogo es discutible y ampliable, pero siempre hay una norma que las resume y condensa todas: utiliza el sentido común.

 

 

 

 

 

*Ilustración de Denis Lajuper

 

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