Lírica universal
Cántico espirituoso
Juanito de Santa Cruz
–¿Adónde te corriste,
mi amado, embadurnándome el vestido?
Dejásteme muy triste
el pecho y malherido
y ahora qué le cuento a mi marido.
Con rapidez te pierdes,
precozmente te suena el sonajero
y aquí, entre viejos verdes,
me quedo al retortero
y a veces adolezco, peno y muero.
Buscando cobertura
me iré a los cines más o menos porno
a obsequiar mi cintura,
a explorar mi contorno,
que para muchos bollos no está el horno.
¡Oh calles de la urbe
lamidas por la suela del calzado!
¿Dejáis que me masturbe
en modo silenciado
o se lo contaréis todo al amado?
–Yo que tú me lo haría,
que él por las calles de las clases bajas
se compró lencería
en tiendas de rebajas
y se fue a hacer un quítame esas pajas.
–¡Ay quién podrá sanarme!
¿Un fisioterapeuta, a ver qué pasa?
No quieras enviarme
más mensajes al guásap,
que no saben hacer tabula rasa:
¿Quedamos por el centro?
¿Cómo acabaste anoche tu desfase?
¿Te apetece un encuentro
en la tercera fase?
Y contestan ¿que qué? Que ola k ase.
Pero te echan de menos
mis esferas, y se me encona el cono
con modos casi obscenos,
e incluso me emociono
contemplando el postrer emoticono.
Mensajes de mi móvil,
calmad la radiación que me lastima.
Que os manden a Chernóbil,
yo qué sé, a Fukushima,
que me quiero quitaros ya de encima.
Amado, ven ya mismo,
vamos a reinventar el ars jodiendi,
que el individualismo
feroz es menos trendy
que las obras completas de Melendi.
Muchacho, no te escondas,
que a fuerza de comer tanto kebab
se me vuelven orondas
las piernas, cual baobab.
¡Soy tu ballena, capitán Ahab!
Pesado, sal del limbo,
y cocina tu pan en mi tahona
mejor que la de Bimbo,
que la de Mercadona
y, por supuesto, que la del Macdónals.
Cursor del photoshop
devuélveme la imagen de mi amado
y dale un toque pop
al cuerpo deseado
que tengo en mi PC muy bien guardado.
-Aquí estoy, tortolica,
cariño, capullito de alhelí,
mi flor de la paprika
y del ajonjolí,
esta cursilería es para ti.
Y vuelve con premura
a rearmarme, amiga de mi alma,
que de tanta impostura
parezco Sergio Dalma
y mi propia hediondez me desempalma.
¡Ay, guía mi destino!
Desátame o apríetame más fuerte,
que el corazón latino
se muere por tenerte
y me lleva a las puertas de la muerte.
Si quieres, te cobijo
en un hostal del centro, “Los jazmines”,
y si eso te hago un hijo
pasando los confines
y pasando de guías michelines.
Entrado se ha la amante
en el cuarto de hostal de este mindundi
en tanto que delante
haremos un croudfúndin
y haremos que reviente el mapamundi.
Y ya todo mi empleo
se fundamenta en el sector servicios,
las ofertas no leo
si no me hablan de vicios,
que ahora solo trabajo en orificios.
En un milisegundo
me tendrás cabalgando como un potro
con el ardor profundo
que sostiene este mundo
y si acaso es sostén también del otro.
*Ilustración de Andrea López